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Cómo gestionar la agresividad en pacientes con Alzheimer

Persona con Alzheimer tiene comportamiento agresivo

Tiempo de lectura: 7 minutos

Según National Institute on Aging, las personas con la enfermedad de Alzheimer pueden empezar a ser agresivas a medida que la enfermedad avanza. Es decir, no se trata de un tipo distinto de esta afección, sino de una manifestación frecuente en las etapas avanzadas de la demencia.

Este comportamiento puede incluir irritabilidad, agitación, episodios de agresión verbal o física, desconfianza o resistencia a recibir cuidados. No es algo que tenga que ver con un rasgo de la personalidad previa del paciente, sino de una consecuencia directa del deterioro cognitivo, la desorientación y las dificultades para comunicarse y entender lo que ocurre a su alrededor.

En este artículo profundizamos en el tema y explicamos por qué aparecen episodios de agresividad en el Alzheimer, cuáles son las mejores estrategias para manejar este tipo de comportamiento y en qué tipo de situaciones es necesario buscar ayuda profesional. 

¿Por qué aparecen episodios de agresividad en el Alzheimer?

Las causas por las que ocurren los episodios de agresividad en la enfermedad de Alzheimer son muy variadas. Dentro de las más importantes, según el artículo de National Institute on Aging que citamos en la introducción, se encuentran:

  • Dolor, depresión o estrés.
  • Falta de descanso o sueño.
  • Estreñimiento.
  • Cambios repentinos en la rutina, los lugares o las personas.
  • Sentimientos de pérdida de la independencia.
  • Sentirse confundido por escuchar mucho ruido o estar con muchas personas en una habitación.
  • Sentirse obligado por otros a hacer ciertas actividades, como bañarse.
  • Sentirse solo y no tener contacto con otras personas.
  • Los efectos secundarios de algunos medicamentos o la interacción entre ellos.

En las personas con Alzheimer, estos episodios de agresividad no suelen ser intencionales, sino una manifestación de la frustración, el miedo o la incomodidad que experimentan.

A medida que la enfermedad avanza, la capacidad para procesar estímulos, expresar necesidades o entender lo que ocurre a su alrededor se ve afectada. Por eso, algo que para otros podría parecer insignificante puede generar en el paciente una reacción agresiva.

En muchas ocasiones, la persona con Alzheimer no logra explicar que algo le duele, le incomoda o le preocupa, y el comportamiento alterado se convierte en un modo de alertar a quienes la rodean.

Para complementar, recomendamos leer nuestro artículo sobre deterioro cognitivo leve, en el que explicamos cuáles son las consecuencias de este tipo de enfermedades. 

¿En qué fase se produce la agresividad en el Alzheimer?

Alzheimer’s Society explica que la agresividad no es una fase de la enfermedad de Alzheimer, sino un síntoma que puede aparecer a medida que esta afección progresa de un estado moderado a uno avanzado.

Por lo general, se trata tanto de violencia verbal como de violencia física, incluyendo gritos, amenazas, golpes, pellizcos o mordidas. De cualquier manera, es algo que se presenta en relación a las causas que mencionamos en el apartado anterior.

Debido a que la fase moderada de la enfermedad puede durar semanas, meses o años, no se puede saber con precisión cuánto tiempo se va a mantener la agresividad en la persona.

En algunos casos, la agresividad también puede manifestarse en la etapa temprana, especialmente si el diagnóstico se recibe de manera reciente y la persona experimenta miedo, enojo o resistencia frente a los cambios que la enfermedad impone. Sin embargo, en esta fase inicial los episodios suelen ser menos frecuentes y más controlables.

En nuestro artículo sobre deterioro cognitivo grave comentamos de forma detallada cuáles son los cambios que se producen de una fase a otra, y qué se puede esperar de cada una de ellas. Recomendamos leerla para tener un conocimiento más profundo del Alzheimer en particular, y de la demencia de forma general. 

Hombre con Alzheimer es agresivo

Estrategias efectivas para manejar comportamientos agresivos

Para las personas que tienen Alzheimer no es fácil enfrentarse a la realidad, pero tampoco lo es para quienes se encargan de cuidarlas, y muchas veces no se sabe bien cómo responder ante los comportamientos agresivos que pueden tener.  

El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS por sus siglas en inglés), señala que se debe tratar de entender por qué la persona con Alzheimer se comporta de forma agresiva, y tener en cuenta que muchas veces, debido a los problemas de salud mental que experimentan, es la única forma que tienen de expresar sus sentimientos.

Para lidiar con esto de forma efectiva, es clave identificar cualquier causa asociada a este tipo de conducta. En este sentido, vale preguntarse si el comportamiento agresivo ocurre en una franja horaria particular, si hay mucho ruido o desorden en la casa, o si es posible que se deba a que se le pidió a la persona hacer algo que tal vez no desea.

Asimismo, se recomienda:

  • Mantener una comunicación respetuosa y asertiva.
  • Proveer a la persona de un espacio tranquilo y agradable.
  • Brindarle la posibilidad de practicar alguna actividad que le cause placer, como escuchar música o bailar.
  • Hacer algún tipo de terapia, como la musicoterapia o algunos ejercicios de estimulación cognitiva.

En caso de que resulte muy difícil manejar la situación, es recomendable buscar apoyo en un profesional. Un médico puede ayudar a identificar las causas detrás del comportamiento agresivo, y recomendaciones personalizadas para manejarlo de forma efectiva. 

Factores biológicos del Alzheimer agresivo

Tal como mencionamos antes, las causas de la agresividad en el Alzheimer son muy variadas, y aún no se comprenden del todo. Ya hablamos de las causas que tienen que ver con el entorno o lo que siente la persona que padece la enfermedad, pero los expertos señalan que también existen algunos factores biológicos que pueden influir.

Dentro de los más importantes, podemos señalar:

  • Desequilibrios químicos y problemas relacionados a ciertos neurotransmisores: los especialistas coinciden en que el déficit de acetilcolina, y las alteraciones en los niveles de dopamina y serotonina pueden intensificar los síntomas de agresividad en las personas con Alzheimer.
  • Atrofia cerebral y problemas relacionados a las conexiones neuronales: cuando se ven afectadas regiones como el hipocampo y la corteza frontal, y hay degeneración de las conexiones neuronales, se puede presentar una desregulación de las emociones y un aumento significativo de la impulsividad.
  • Inflamación cerebral: los procesos inflamatorios que se producen por la enfermedad de Alzheimer también producen síntomas conductuales, como la agresividad.
  • Acumulación de proteína tau y formación de ovillos neurofibrilares: los cambios anómalos en esta proteína interrumpen el transporte interno de nutrientes en las neuronas, provocando su degeneración. Esto último, también influye en el comportamiento.

Es importante tener en cuenta estos factores, ya que así se puede comprender de manera más precisa lo que sucede a nivel biológico en las personas que padecen esta enfermedad, y entender que su comportamiento agresivo no es un acto voluntario o consciente, sino una consecuencia directa de los cambios que la enfermedad provoca en el cerebro.

Saber que la agresividad es un síntoma más de la enfermedad, y no un reflejo del carácter o de la relación con los seres queridos, permite actuar con mayor paciencia y buscar soluciones que prioricen el bienestar de la persona.

Para profundizar en el tema, recomendamos leer nuestro artículo sobre las diferencias entre demencia y Alzheimer

La importancia del autocuidado para cuidadores

Centers for Disease Control and Prevention menciona que las personas que cuidan a pacientes de Alzheimer tienen un riesgo alto de padecer de ansiedad y depresión, y perder parte de su calidad de vida, sobre todo si no toman medidas de autocuidado.

Cuidar de sí mismo no es un acto egoísta, es importante cuidar la salud propia, incluyendo la salud mental, para poder cuidar de nuestros seres queridos.

Cuando un cuidador descuida su propio bienestar, es más probable que experimente agotamiento físico y emocional, lo que a su vez puede afectar la calidad del cuidado que brinda. El estrés crónico, las horas de sueño insuficientes y la falta de tiempo para actividades personales pueden acumularse y generar irritabilidad, pérdida de paciencia e incluso problemas de salud física.

Tener una alimentación equilibrada, practicar ejercicio de forma regular y tener espacios de descanso, no solo fortalece al cuidador, sino que también le da la energía y la estabilidad emocional necesarias para enfrentar los retos que implica el cuidado diario de una persona con Alzheimer. 

Mujer cuida a su madre con Alzheimer.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Es normal que las personas se sientan abrumadas o sobrepasadas al cuidar a un familiar con Alzheimer. Buscar ayuda profesional es clave quien se encarga de los cuidados siente que está agotado física, mental y emocionalmente, y no cuenta con herramientas para lidiar con la situación.

Además, un médico puede indicar de forma precisa qué hacer si los episodios de agresividad, la desorientación o las alteraciones del comportamiento comienzan a ser más frecuentes e intensos, y las estrategias habituales para calmarlos dejan de funcionar.

Un profesional de la salud puede evaluar si existen causas tratables detrás de los cambios de conducta, como infecciones, dolor no diagnosticado, interacciones entre medicamentos o problemas sensoriales. 

Mitos comunes sobre la agresividad en el Alzheimer

Más que mitos, existe mucha desinformación respecto a la enfermedad de Alzheimer, y por ello las personas pueden tener creencias equivocadas sobre el tema. Estas son algunas de ellas:

  • Todas las personas con Alzheimer se vuelven agresivas: esto es algo falso, ya que la agresividad es un síntoma que aparece en la transición de la etapa moderada a la avanzada, y no es común en todos los casos.
  • La agresividad tiene que ver con la personalidad de la persona: aunque es cierto que puede influir, no es un factor determinante. Hay personas de personalidad calmada y tranquila que también pueden tener episodios de agresividad debido a la enfermedad.
  • La agresividad siempre se debe a causas externas, como el entorno o las personas que cuidan: es un error creer que solo el mal trato o la falta de paciencia son responsables de estas conductas. Muchas veces, la persona actúa de ese modo por alteraciones neurológicas que afectan el control emocional y la percepción de la realidad.

Desmontar estos mitos puede ayudar a entender mejor la naturaleza de esta condición, y abordar el cuidado de quienes la padecen de otra forma. Para finalizar, recomendamos leer nuestro artículo sobre cómo prevenir el Alzheimer

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