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¿Es bueno cambiar de casa a una persona con Alzheimer?: todo lo que necesitas saber

Mujer con Alzheimer y su cuidadora

Tiempo de lectura: 7 minutos

El impacto que puede tener una mudanza para una persona con Alzheimer puede ser profundo, ya que esta enfermedad afecta la memoria, la orientación y la capacidad de adaptación, y la mudanza puede provocar confusión y ansiedad.

Alzheimer’s Society habla sobre esto y señala que no hay una única forma de responder si es bueno o no cambiar de casa a una persona con Alzheimer, y que se deben tomar en cuenta tanto los beneficios como los puntos en contra. Además, hay factores que también influyen como la fase de la enfermedad, el estado general de salud de la persona y los recursos con los que se cuenta para su cuidado.

En las etapas avanzadas, por ejemplo, puede ser positivo que la persona con Alzheimer esté en un entorno más seguro, en el que reciba atención especializada. Mientras que en las etapas iniciales puede ser mejor permanecer en el lugar que conoce como su casa.

En este artículo explicamos qué factores considerar antes de cambiar de casa a una persona con Alzhéimer, cómo puede afectar el traslado a su bienestar cognitivo y emocional, y qué recomendaciones dan los especialistas. Además, comentamos cómo preparar la mudanza y qué papel debe asumir la persona que asume el rol de cuidador durante todo este proceso. 

Factores a considerar antes de la mudanza

Antes de cambiar de casa a una persona con Alzheimer es necesario considerar ciertos factores, ya que se trata de una decisión que puede influir en su estado de salud y en su bienestar. Uno de ellos, es la etapa de la enfermedad, ya que las personas que se encuentran en las primeras etapas suelen adaptarse mejor que las que están en etapas avanzadas.

El artículo de Alzheimer’s Society que recién citamos en la introducción señala que también se debe evaluar si la persona está habituada a las mudanzas, si se trata de una experiencia inusual, y si hay recuerdos asociados a la casa de la que se va a mudar. Todo esto hay que ponerlo en balanza para determinar si es la decisión adecuada.

Asimismo, si la persona aún tiene la capacidad de tomar decisiones, se debe hablar con ella para conocer sus preferencias. Esto es algo que se debe hacer desde la empatía, y tratando de explicar de forma honesta y clara cuáles son las razones por las que se plantea una mudanza.

Según Agency for Clinical Innovation, en algunos casos puede ser necesario mudarse de un sitio a otro para estar más cerca de la familia, para estar más cerca de los servicios de atención médica, o para recibir cuidados especiales en casas de retiro o en centros especializados en este tipo de enfermedades.

Cada caso de demencia es particular, y se deben evaluar de forma detallada todos los puntos a favor y en contra de la mudanza. Solo así se puede saber si es bueno cambiar de casa a una persona con Alzheimer.

Para complementar la lectura, recomendamos leer nuestro artículo sobre las diferencias entre demencia y Alzheimer. En él profundizamos en las características de estas enfermedades y el impacto que tienen en quienes las padecen. 

Beneficios potenciales de cambiar de hogar

El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS por sus siglas en inglés) explica que las personas en fases avanzadas del Alzheimer u otros tipos de demencia requieren de mayores cuidados, y que, aunque la decisión de mudarse puede resultar complicada, también hay algunos beneficios que se deben tomar en cuenta.  

Llevar a un ser querido a una casa o centro de cuidados para personas con Alzheimer puede ser positivo porque se trata de lugares donde puede recibir atención de forma constante, interactuar con otros pacientes y, de forma general, estar en un entorno más seguro.  

Además, en muchos casos, la vivienda en la que se vive no cuenta con las condiciones necesarias para garantizar la seguridad y la comodidad que requieren las personas con Alzheimer.

Esto sin contar que en muchos centros de cuidado cuentan con actividades especiales para los pacientes de este tipo de enfermedades, muchas de ellas enfocadas en la estimulación cognitiva, como por ejemplo la musicoterapia para el Alzheimer.

Todo esto puede mejorar su calidad de vida, a la vez que reduce el estrés físico y mental al que están sometidos los miembros de la familia que han asumido los cuidados. Esto es clave para evitar el síndrome del cuidador, por lo que tiene efectos positivos tanto en el paciente como en sus familiares.

Mujer muestra nueva casa a mujer con Alzheimer

Desafíos y consideraciones emocionales

Ya hablamos de los potenciales beneficios que puede tener cambiar de casa a una persona con Alzheimer y llevarla a un centro de cuidados especiales. Sin embargo, al tomar esta decisión, también se pueden presentar algunos desafíos, y es necesario que hablemos de ellos.

Cuando hablamos de los factores que se deben tomar en cuenta ya mencionamos algunos de ellos, y es que mudarse a un lugar nuevo puede desorientar a la persona que padece de esta enfermedad y causar confusión. Esto puede afectarle a nivel emocional, sobre todo si siente que no está en un entorno que le resulte familiar y seguro.

Michigan Department of Health and Human Services también señala que puede resultar complicado planificar todos los aspectos relacionados a la mudanza, y que muchos se suelen preocupar por las conversaciones que deben tener sobre el cambio de casa con la persona que tiene Alzheimer.

Lo ideal es que la mudanza sea voluntaria, por lo que también se le debe incluir en la toma de decisiones, especialmente si se encuentra dentro de las primeras fases de la enfermedad. Para esto se debe conversar con la persona sobre todos los beneficios que comentamos en el apartado anterior.

Algunas de las recomendaciones de los expertos sobre esto son:

  • Aceptar y empatizar con lo que siente la persona.
  • Ofrecer explicaciones que transmitan calma.
  • Evitar confrontaciones o discusiones.
  • Cambiar el foco de atención hacia algo positivo.

Escuchar a la persona, incluso cuando su capacidad de comunicación se vea afectada, sigue siendo esencial para respetar su dignidad y autonomía. Un cambio de casa no debería imponerse de forma abrupta, sino prepararse con sensibilidad, permitiendo que se adapte gradualmente al nuevo entorno.

Quienes tienen el papel de cuidadores también pueden experimentar sentimientos encontrados entre el alivio por delegar responsabilidades y el dolor o la culpa por dejar que otros se encarguen del cuidado de su ser querido. En este sentido, puede ser de mucha ayuda recibir orientación psicológica, o participar de grupos de apoyo para transitar este proceso de una mejor forma. 

¿Cómo preparar la mudanza para una persona con Alzheimer?

Todas las mudanzas requieren de preparación, y las de un ser querido con Alzheimer no son la excepción. Alzheimer Society of Canada habla sobre esto y brinda unas recomendaciones que son muy útiles y que pueden ayudar a facilitar todo el proceso.

Estas son algunas de las que consideramos más importantes:

  • Apoyarse en el entorno cercano: en todo lo que tiene que ver con los aspectos logísticos, pero también para recibir apoyo emocional. La mudanza puede provocar emociones complejas y es importante contar con alguien para hablar y sentirse acompañado.
  • Tener preparado un kit con todo lo esencial: es recomendable armar una maleta o caja con los objetos personales más importantes y familiares para la persona con Alzhéimer.
  • Visitar el lugar nuevo con anticipación: si la persona aún puede reconocer rostros y espacios, hacer visitas previas al nuevo hogar o centro puede ser de gran ayuda. Estas visitas también pueden servir para adaptar la habitación con objetos personales, colores suaves y detalles que le resulten familiares.
  • Elegir el momento más tranquilo del día para hacer el cambio: para muchas personas con alzhéimer, las primeras horas de la mañana o después de una siesta suelen ser los momentos en los que se sienten más calmadas y receptivas.
  • Quedarse el tiempo que sea necesario para facilitar la adaptación: no se trata solo de acompañar el proceso de mudanza, sino de permanecer presente durante los días siguientes, en la medida de lo posible. Ver caras conocidas, mantener rutinas similares a las anteriores, y contar con una compañía afectiva puede hacer la diferencia.

Además de estas recomendaciones, es fundamental que el entorno nuevo esté preparado no solo desde el punto de vista físico, sino también emocional. El personal del centro o los nuevos cuidadores deben estar informados sobre las preferencias, rutinas y personalidad de la persona, para poder brindarle un trato lo más cercano y humano posible. 

Mujer con alzheimer recibe cariño

El papel del cuidador en este proceso

Las personas encargadas de cuidar a alguien con Alzheimer son quienes conocen mejor sus rutinas, hábitos, objetos significativos y reacciones emocionales. En este sentido, son sumamente importantes, ya que pueden ayudar a que el proceso resulte más sencillo y la persona se pueda adaptar mejor.

Saber, por ejemplo, qué música le gusta, en qué horario suele comer, o qué objetos personales le gusta tener, permite que la adaptación sea menos brusca y más respetuosa.

Su presencia no solo es fundamental para coordinar aspectos prácticos del traslado, sino también para brindar contención emocional y estabilidad en medio del cambio. Cuando el entorno se transforma y los puntos de referencia desaparecen, el cuidador puede convertirse en el único elemento familiar y predecible, capaz de transmitir tranquilidad y confianza.